Un ciego nos enseña a escribir

Sorprende el número incesante de personas que dicen ser escritores. Algunas incluso publican cositas. Y les premian y tienen sus seguidores (ellos lo llamarían followers ). Qué osados son. Quizá piensen que por juntar dos letras para formar una sílaba ya dominan el don de la palabra escrita. Me temo que no es así; que este oficio es más complejo, pues requiere de elevadas dosis de paciencia, trabajo y obstinación. Es un largo aprendizaje que no siempre se ve coronado con una recompensa. A las palabras hay seducirlas para luego conquistarlas, y no siempre se consigue porque actúan como mujeres antojadizas. Hablo por mí. Yo aún estoy aprendiendo a escribir. A veces me sale pero otras no. Después de veinte años dedicado al periodismo, en que sabía redactar pero no escribir, ahora intento escribir bien. El periodismo y la literatura son realidades colindantes pero no idénticas. La claridad es una exigencia en el primero, mientras que la belleza es el objetivo perseguido por la segunda. Cla...