Nos gustaría ser Edmundo Dantés

Hay libros que ocupan un lugar privilegiado en la memoria. Se lo merecen porque su lectura nos procuró la felicidad. Suelen ser muy pocos. El estreno reciente de una película me ha recordado que uno de esos libros es El conde de Montecristo , de Alejandro Dumas. Lo leí convaleciente de una operación de la espalda, hace doce años. Ocupé un mes en leer los dos volúmenes en que la editorial había dividido la novela. Asegurar que fue experiencia dichosa es decir la verdad. Me hizo tanto bien como las medicinas que me calmaron el dolor. Ahora la historia de Edmundo Dantés, publicada en 1844, vuelve a cobrar vigencia a raíz, como decía, del lanzamiento de la película francesa dirigida por Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patallière, y protagonizada por Pierre Niney, que encarna al conde de Montecristo. La película, de tres horas de duración, se permite ciertas licencias respecto a la obra, omitiendo o cambiando el sentido de algunos pasajes, lo que le puede restar crédito, a juicio ...