Siempre nos quedará Jardiel

Me he perdido otra primavera. Esto me pone triste, quizá demasiado triste. Hay quien se cura de la tristeza visitando al terapeuta, eufemismo para no decir psiquiatra o psicólogo, y los hay que leemos a Enrique Jardiel Poncela. El escritor madrileño es un antídoto contra la depresión. Leer unas páginas de Jardiel te levanta el ánimo. Luego algunos dicen que la literatura no sirve para nada; al menos ayuda a depender menos de las pastillas de colores que se compran en las farmacias. No acostumbro a releer, pero para esta regla también hay excepciones. Hace unas semanas el azar o mi frágil voluntad quiso que tuviera La tournée de Dios entre mis manos. Me acordaba vagamente de la trama de esta novela de Jardiel Poncela. Bastó que leyera su Prólogo en mesa revuelta para no soltar el libro. El autor aclara que La tournée de Dios , publicado en el inicio de la II República, "no es un libro antirreligioso". Lo escribe poco después de que don Manuel Azaña, aquel masonazo ilustre, ...